Mas Bertran presenta las nuevas añadas de los Clàssic Penedès Argila, elaborados con las variedades xarel·lo y sumoll

Sant Martí Sarroca, octubre de 2014.- Fue una apuesta arriesgada. Pero cuando se tiene claro el objetivo y nos guía la motivación, las opiniones ajenas y las corrientes acomodaticias se dejan de lado. Mas Bertran es una bodega de la tierra, de su tierra, de un Penedès que ha hecho suyas uvas catalanas ya universales. Decían que el sumoll no podría elaborarse en vino espumoso o que en altura la producción no rendía suficiente. Pues para demostrar lo contrario, año tras año, y añada tras añada, la bodega de Sant Martí Sarroca ha ido presentando sus Argila monovarietales, de xarel·lo y de sumoll, blanco y rosado, de viñas de más de 65 años de vida, catalanas e integradas, dando a entender que el sumoll sirve y que la calidad debe buscarse donde esté, sin perjuicio de la economía.

Ahora, Mas Bertran, según el criterio de sus enólogos, presenta la añada 2010 de su Argila y la 2012 de su Argila Rosé, bajo parámetros de elaboración nada agresivos, que priorizan el sabor de la uva cogida del campo. Han escuchado a la tierra y la han trabajado para que la planta sufra -en la mejor acepción de la palabra- y produzca poca uva pero muy concentrada. Porque la historia de los espumosos rosados no está escrita y están viviendo su momento. Porque de casi 70 años, las viñas de sumoll dan poca producción pero convincente, reivindicando esta variedad como la del rosado auténtico, sin enmascararla bajo un coupage con otras uvas tintas como se había hecho para venderla como tal. Es sumoll y es nuestro. Es xarel·lo y es nuestro. Las viñas hablan. Sólo hay que escucharlas.

Y nada mejor que escucharlas en Navidad, época de retorno a las raíces, de vuelta a casa. Brindar con amigos y familia por las buenas nuevas es la tradición. Celebrar con espumoso, sentarse a la mesa a comer con espumoso, y también ofrecerlo como obsequio en esas fechas, con traje a medida de la ocasión.

Disponibles en la carta de los restaurantes ÀBaC (Barcelona) i Sant Pau (Sant Pol de Mar, Barcelona). A la venta en Can Ravell i Verol, ambas en Barcelona.

Argila 2010 Brut Nature

Un 100% xarel·lo dorado brillante e intenso fruto de la experiencia. Un espumoso nuevo procedente de viña vieja, de más de 65 años al servicio de la familia, que se ha transformado para abrazar el cultivo ecológico, con una producción por hectárea menor que cualquier otra de la región. Es la altitud la que le aporta incremento de aroma. Gracias a la veteranía de Mas Bertran, se ha conseguido una adaptación idónea, así como uvas seleccionadas, de grano pequeño y con más piel que zumo.

Argila Rosé 2012 Brut Nature

De color rosa pálido, la nueva añada del espumoso rosado de Mas Bertran sale al mercado orgullosa de representar la esencia recogida en algunas de las pocas viñas de sumoll del Penedès de 60 años de vida. Esa variedad, una de las más antiguas de Catalunya, produce año a año poca uva y muy concentrada, siendo los enólogos de la bodega los que deciden el tiempo de crianza, empatizando con una variedad largamente denostada. No existe un histórico de cómo evoluciona el sumoll en botella. Simplemente se va variando de crianza. "Nos estamos conociendo", comentan. De momento, la presentación está hecha, y llega con gusto fresco y un intenso aroma a frutas rojas en licor.

Mas Bertran: innovación, tradición, naturaleza

El sueño de dos familias, los Ventura y los Carbó, de extraer de su tierra el mejor vino llega este año a la década de vida. En 2006 apareció el primer espumoso, el Balma 2004, y su tierra, Sant Martí Sarroca -enclavada entre el Penedès Central y Superior-, les siguió dando alegrías y ampliando la familia. Con buen recibimiento, se fueron sumando a la familia “hijos” hasta presentar actualmente cinco vinos y espumosos diferentes: Balma, Argila, Argila Rosé, Nutt, Nutt Rosé y, recientemente, Nutt Grenache.

Muy vinculada al territorio que la acoge, la bodega Mas Bertran destaca con pasión por recuperar variedades casi perdidas y autóctonas catalanas, como el sumoll o el xarel·lo, de viñas viejas de más de 65 años. El resultado, vinos y espumosos eminentemente monovarietales, donde la uva y la naturaleza, el terruño, se expresan en libertad. Intervenir el mínimo posible para obtener el máximo rendimiento, directriz básica.

No en vano Mas Bertran trabaja con viñas de la zona, con viticultores, vecinos, amigos de toda la vida con los que hablan a diario, decidiendo juntos cómo tratar la cepa, aseverando en su voluntad de la vendimia manual, consiguiendo un control íntegro desde el comienzo del proceso. Su producción ha ido incrementándose año tras año, llegando a las 145.000 botellas en 2013, casi el doble que en el año precedente. Dedicando el 38% a la exportación, Mas Bertran está presente en países como Japón, Suiza, Suecia, Alemania, Panamá o Colombia, con previsión de aumentar destinos y porcentaje de exportación (45%) a lo largo de este 2014.